
Emo, antes de los emo; grunge, pero desencantados (redundancia) de serlo; Indie por que les tocó; los Smashing Pumpkins son una banda sobre todas las cosas, interesante. Cuando el mundo babeaba con Cobain y su biblia de belleza triste, todavía necesitado de esa violencia que el punk había parido en los últimos 70's y que los ochenta habían hecho desaparecer bajo un mar de spray para el pelo, cocaina y el color violeta; allá, en el norte, como niños tontos, mirando al piso, los Pumpkins rescataban Pink Floyd, Van der Graff Generator (por ahí), los momentos más intensos de King Crimson (esos torbellinos sonoros como los que concluyen 21st century...). Y, sin que nadie se diera cuenta (probablemente porque eran los niños tontos del norte y nadie los miraba), al mismo tiempo The Cure, New Order, y los trajes de cuero negro (que no le revelarían al mundo hasta años después).
Siempre comparados con las luminarias contemporáneas (Nirvana, Pearl Jam), este encasillamiento injuria. Donde nirvana da vueltas en su miseria, y realiza alquimia con polvo; Pearl Jam grita, llena estadios y cita a The Who; los Smashing Pumpkins explotan en mil direcciones. Absolutamente graves, lo que a toda velocidad (quizás un poco apresuradamente) los relaciona con los contemporaneos y primeros stoners (kyuss, sleep, por ejemplo, no tienen nada que ver con los Smashing Pumpkins, pero esa densidad distorsionada que consiguen los SP en X.Y.U. o Zero no se la conoceremos ni a Tool), los SP no se privan de visitar solos épicos (siempre, siempre escondidos debajo de capas y capas de distorsión, para no perder su estatus noventero), extensas composiciones, psicodélicos pasajes instrumentales (La hermosa Porcelina of the vast oceans), baladas a toda fuerza de drum-machine (1979), hermosas gemas veraniegas (thirty-three)...
Y quizás la magia (la que yo les encuentro, considerándome emo) esté en lo absolutamente épicas, victoriosas, viajeras espaciales, que todas sus canciones pueden sonar. Cuando cantan "love is suicide" en Bodies, el cielo se abre en verdad, o mentira, o depresión, por que nada es verdad ni mentira si no tan solo percepciones. We Only Come Out At Night parece ser un chiste, cómico himno representativo para uno macanudos vampiros, constituido por hermosas armonías vocales. Take Me Down, el único tema que aporta James Iha, segundo guitarrista de ascendencia asiática (y modelo profesional) y que cierra el primer disco es fantástico, pequeño, delicado y sofisticado, para que después, inmediatamente (cambió de cd de por medio) las destructoras guitarras con las que abre Where Boys Fear To Tread vayan acomodándonos como se van acomodando ellas.
Un disco que recuerda (o quizás da la idea) de la mente de su deprimido autor, un disco de inmensas euforias, de pozos muy bajos, de consignas suicidas gritadas a un maelstrom de insatisfacción y violencia músical con una sonrisa en los ojos y melodía en la garganta. Un disco largo, pesado, amplio, inmenso, que me gusta muchísimo y les podría gustar a ustedes también, si les interesa fijense.
Artistas Similares: Zwan, Stone Temple Pilots, Silverchair, Jane's Addiction, Pixies
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4 comentarios:
El disco esta buenisimo, pero la reseña me parecio super pedante, como si se esforzara para demostrar lo que sabe de musica. Una pena, ya que generalmente son mas amenas.
no se, a mi me gustó la reseña y este disco no lo tengo así que me lo bajo, gracias pablo
esa, aguante ser pedante, mueranse
en una nota conciliadora, la verdad es que no se nada de música
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